Artículos de interés

Recogemos en este capítulo dos artículos referidos a la accesibilidad a la cultura.

El primero de ellos con el título Se va avanzando, pero queda mucho, es un informe resumen con propuestas del estudio realizado basado en la exploración de más de 400 referencias que aparecen de los espacios en las 10 secciones del capítulo 5 del libro-guía: centros culturales, museos, fundaciones, salas y galerías de arte, cines, teatros, bibliotecas, librerías, tiendas de comics, editoriales, espacios de música, escuelas de arte y diseño, patrimonio cultural, espacios deportivos, gastronomía, recursos sociales y tejido asociativo…).

El segundo artículo: Nuevos tiempos para la cultura. Trabajar por la accesibilidad a la cultura y a los recursos sociales en la sociedad digital. Cosas que deberíamos haber aprendido para la era pospandemia. Es un artículo escrito por Alberto Godoy, un análisis desde la experiencia del trabajo realizado para la elaboración de este libro-guía en el contexto del momento vivido durante la pandemia y las crisis nuevas que se han ido desencadenado, proponiendo ideas e iniciativas para el nuevo tiempo digital que vivimos pero en donde el factor humano debe seguir ocupando un puesto primordial.

Se va avanzando… pero queda mucho

Resumen, conclusiones y propuestas en el estudio realizado con más de 400 referencias de espacios socioculturales, deportivos y de ocio de barrios del centro de Madrid.

Por ESTO ES PEZ

Antecedentes

Como ya se ha escrito en otras partes de este libro-guía, todo empezó por la iniciativa de un grupo de vecinos y vecinas del barrio de Malasaña, preocupados por la situación de deterioro del barrio en muchos aspectos y las carencias más importantes que había.

Desde el primer momento, vimos que el problema de la accesibilidad, lejos de ser algo residual, sin importancia que se mete a veces en el saco de “otros problemas” era un problema de primera magnitud, y ¡cómo no iba a serlo!, el que una persona no pueda salir de su casa y transitar libremente sin correr el riesgo de caerse por el mal estado de las calles, aceras, pavimentos y barreras de distinta índole con las que nos encontramos. Roturas en el suelo, baches, escalones y bordillos con una altura imposible de superar.

Da igual que se salga a la calle para ir a pasear, al médico, al trabajo, a estudiar, ir al cine, ir a una exposición, ir a comer a un restaurante o ir a un concierto de música. Y resalto estas últimas opciones de “ir a” porque pareciera que para algunos/as, que lo de ir a participar o a ver actividades culturales y de ocio, fuesen “actividades intrascendentes o prescindibles, y las ven como un bien o un derecho menor”.

Es aquí cuando nos encontramos con otra gran barrera; la cultural, la de la educación, la del respeto y la de la solidaridad, o más bien, la falta de ellas, que son tan importantes como las barreras físicas, porque hay quien no entiende que la accesibilidad a la cultura es un derecho “mayor” que nos afecta y tiene que ser defendido por todo el mundo. Flaco favor le estamos haciendo a esta batalla (la de la lucha por la accesibilidad a los espacios socioculturales) si toda la sociedad no se implica en ella y no solo las administraciones, las instituciones o las asociaciones que trabajan en distintos ámbitos.

Nuestra Asociación Esto es Pez con personas de otras plataformas (SOS Malasaña, Acibu) ya realizamos en 2018, un amplio trabajo de campo y un informe con mucha documentación gráfica incluida, donde se mostraban y denunciaban muchos de los problemas y las carencias con la que se encuentran las personas con problemas de movilidad, pero también el conjunto de la ciudadanía, informe que se envió al Ayuntamiento de Madrid, y posteriormente se presentó como una proposición en el Pleno del Distrito Centro para que todos los grupos políticos adquiriesen un compromiso público claro de trabajar por la accesibilidad y en apoyo de las personas con problemas funcionales y de movilidad. Proposición que fue votada y aprobada por unanimidad por todos los grupos políticos que en ese momento componían la Junta Municipal.

Después de aquella iniciativa y comprobar que no se daban los pasos que se podrían dar, hemos querido seguir batallando por este derecho, el de la accesibilidad universal, y nos hemos centrado ahora, en la accesibilidad a los espacios socioculturales, deportivos y de ocio en nuestros barrios, que se concreta en esta nueva iniciativa, con la elaboración de este libro-guía, porque pensamos que la accesibilidad a la cultura no podía ser considerada como algo sin importancia. Para nosotros, es algo primordial y esencial como se pone de manifiesto claramente en el artículo de opinión que aparece en el capítulo 06.2 de este libro.

Cuando iniciamos este trabajo, en 2019, ya pensábamos, lo que un año más tarde ratificó el informe que Accedes hizo para CERMI en Septiembre de 2020, titulado “Accesibilidad Universal en los Espacios Escénicos de la ciudad de Madrid” y como se recoge en ese trabajo: “Todo es posible, porque existen soluciones para cada una de las barreras que han sido detectadas en el estudio… Barreras que imposibilitan el acceso a las personas con discapacidad en el 80% de los espacios, que limitan el derecho de miles, de millones de personas a la cultura y al ocio…”

Algunas aclaraciones previas sobre nuestro informe

Quizás, sería bueno decir ahora, lo que, no es este trabajo y lo que sí que es, o al menos ha pretendido ser. No vamos a reiterar los objetivos que nos han motivado y se perseguían con la edición de este libro-guía porque ya han quedado de manifiesto de manera evidente y reiterada, tanto en la presentación como en los distintos capítulos del libro.

Lo que queremos ahora, es señalar cómo se ha hecho y como ha sido el proceso de recogida de información y de redacción de este libro- guía que ha dado el resultado de lo que presentamos:

  • No es un “texto” que perseguía tener un valor de calidad narrativa comparable a una obra literaria original o periodística, aunque a los pequeños artículos que aparecen en el capítulo 9 al que hemos llamado- Firmas Colaboradoras Amigas no les sobran esos calificativos.
  • No es un informe sociológico de carácter técnico a modo de una investigación cuantitativa ni cualitativa formalmente concebida como tal, aunque como ya se recoge en el capítulo 04 Metodología y Fuentes de Recogida de Información, se nutre y utiliza herramientas y técnicas que se suelen utilizar en ambas tipologías de investigación, como los cuestionarios semiestructurados y las entrevistas abiertas que se han realizado. Pero sobre todo, por el intenso trabajo de campo y de exploración permanente y de recogida de documentación constante: Revisando informes, normativas, artículos, guías y páginas web, que se ha llevado a cabo a lo largo de los casi 3 años que ha durado este trabajo.
  • No es tampoco, un informe técnico de arquitectos o de especialistas en diseño urbano, ni de interioristas de espacios, aunque una vez más, tendríamos que decir que las visitas constantes y sistematizadas a los distintos Espacios, las comprobaciones reiteradas de las principales carencias y necesidades en accesibilidad en los mismos, las consultas a los profesionales en la materia, la lectura y el estudio de los distintos reglamentos y normativas, las experiencias vividas, la cercanía y el tener siempre el oído abierto para recoger quejas y críticas, pero también sugerencias y propuestas, nos han hecho ser unos “especialistas en la materia”.

Más aun, cuando hemos visto como les ha tocado sufrir las consecuencias de esos déficits en primera persona a vecinos y vecinas de nuestros barrios, que como ellos mismos relatan: “…me he caído en el suelo provocándome heridas”, “…me he quedado encerrado en un ascensor, y me he quedado parado en mitad de trayecto en una plataforma elevadora, sentado en una silla de ruedas, sin que nadie sepa que hacer, una vez te rescatan como pueden unos amigos y otras como ocurrió en un cine, tienen que ser los bomberos los que vengan a rescatarte”, “…me he quedado colgado en una grúa de trasferencias en una piscina pública municipal, con toda la vergüenza y la estigmatización que lleva añadida vivir ese tipo de situaciones”.

El problema, es que estas historias no han sido unas anécdotas puntuales que ocurren en un tipo de establecimiento concreto, lo antes descrito, ha ocurrido en centros culturales y deportivos, en bibliotecas, cines, teatros, restaurantes y hasta en centros sociales y de salud.

¿Hay quien todavía piensa que lo de apoyar la accesibilidad a la cultura o a los recursos sociales, es un tema menor y sin importancia?

Desde el origen del estudio ahora realizado, hasta la redacción de este articulo, no se ha buscado la originalidad de la información que se ha pretendido trasladar a todos los lectores y lectoras, sean estas, personas con discapacidades, con diferentes problemas de movilidad física o con otro tipo de problemas funcionales, sean población general o personas responsables y gestores de los espacios y recursos que señalamos, o de las distintas organizaciones e instituciones que tengan interés sobre el tema de la accesibilidad.

Lo que se ha buscado es, por un lado, la utilidad y funcionalidad concreta que pudiese tener lo que trasladamos para el momento actual e inmediato, y que sirva a cualquier persona que quiera hacer uso de la información sobre esos espacios, y en segundo lugar, poder buscar soluciones y hacer propuestas para corregir los déficits en accesibilidad que hubiese en los mismos. Por ello, insistimos, no nos ha importado utilizar todos los textos, informes, artículos o web que nos hayan parecido interesantes compartir y que mejor sirvan a estos fines.

Un proceso laborioso para un honroso fin que ha merecido la pena

Lo primero que se hizo, fue preparar un listado con los espacios culturales y recursos sociales existentes en las zonas del Centro de Madrid que incluíamos en este libro-guía, y pensar qué información sería importante conseguir para los objetivos propuestos: conocer toda la realidad cultural y social de esto barrios, y su situación referida a la accesibilidad, ya fuesen espacios y recursos antiguos o de nueva creación ya sean públicos o privados.

Luego se decidió qué cuestionario seria más interesante utilizar, que por un lado, nos sirviese para recoger la máxima información sobre la actividad fundamental que desarrollan cada espacio o recurso y sobre la situación de los mismos referida a la accesibilidad, conocer qué medidas ya han aplicado y cuáles son las más importantes carencias y necesidades para mejorar en accesibilidad, recogiendo en primer lugar, las que se señalan desde la percepción de los gestores y responsables de los espacios, y luego, por supuesto, lo que nos han contado las personas que los usan o los quieren usar, y quizás todavía no han podido hacerlo.

Por otro lado, el cuestionario nos servía para una primera toma de contacto, con los centros, recursos y sus gestores, en los casos en los que no hubiese ya un conocimiento previo o para renovar y actualizar los contactos con los responsables de los espacios y recursos ya conocidos.

Se utilizó, un cuestionario “tipo” como el que envía la Administración a las instituciones y empresas públicas culturales, cuestionario que se puede ver en el capítulo 04, Metodología de esta guía, y que se entregó y recogió personalmente, en una primera visita a esos espacios, cuando la persona responsable nos pudo atender y contestar a todas las preguntas que incluía, (en estos casos eran visitas con una cita previamente concertada), y si no, se intentaba en algunas de las muchas visitas posteriores realizadas a los mismos, que además nos sirvieron para comprobar ín situ la situación real actualizada sobre la accesibilidad de cada uno de ellos.

Indudablemente esto ha sido posible, porque el equipo humano que se encargaba de esta tarea han sido personas de nuestra asociación y vecinos y vecinas de los barrios incluidos en el área previamente establecida, donde se encuentran los espacios objeto de este trabajo.

Como última opción, a los responsables y gestores con los que no se pudo hablar personalmente en esas primeras visitas, se los llamo y se consiguió hablar finalmente por teléfono, explicándoles lo que se estaba haciendo y se pretendía con el cuestionario y se pidió su colaboración, en estos casos, se mandó y recibió la información y el cuestionario por correo electrónico.

Una última aclaración, sobre el ámbito de actuación “geográfica, territorial” o por decirlo más Calle Noviciado. Calle San Vicente Ferrer. Calle del Pez. claramente sobre las zonas que se incluyen en este trabajo: distrito, barrios, calles…

En el capítulo 03 del libro-guía, aparece un mapa que marca el ámbito en el que se ha trabajado y aunque con criterios, no siempre muy claros, hay algunos que han prevalecido a otros. Al margen de las divisiones administrativas, de las dudas sobre que calle es de un barrio u otro o incluso si una calle es del distrito Centro o de Chamberí, de Justicia o de Latina, o si la acera de la derecha de una calle es de un barrio y la de la izquierda pertenece a otro, como de hecho, ocurre a veces, se ha impuesto el criterio de proximidad y cercanía, y las propuestas de recorridos o la simulación de posibles rutas, se ha hecho con criterios coherentes.

Por otra parte, no podíamos olvidar que esta iniciativa parte de una asociación cultural de vecinos del Barrio de Universidad del Distrito Centro de Madrid, conocido popularmente como Malasaña, que como se ha dicho anteriormente ya había realizado trabajos previos sobre accesibilidad y para el arranque de este proyecto contó con una subvención de la Junta Municipal del Distrito Centro del Ayuntamiento de Madrid, aunque mínima y que en los primeros días de trabajo de campo ya se había agotado, pero no obstante, queremos agradecer esta colaboración porque supuso un empujoncito importante para arrancar y esto también ha influido para delimitar las zonas a incluir. Las zonas que finalmente incluimos y así figura en el título del libro-guía son: Barrios de Universidad-Malasaña, Conde Duque y Entornos del Distrito Centro de Madrid (Ver capítulos: 03. Mapa de las zonas incluidas en esta guía y 04. Metodología).

Otras consideraciones a tener en cuenta para entender mejor el libro-guía

Hay que indicar que en las 403 referencias incluidas en este libro-guía, hay una gran variedad de situaciones, tanto por su titularidad, Pública o Privada, por el tipo de actividad que desarrollan, por la antigüedad y el estado de conservación de las mismas o por el tamaño de los espacios y los aforos que tienen.

En el capítulo 05.9, Recursos Sociales y Tejido Asociativo, aunque todas las referencias que aparecen en la guía están abiertas al público, en algunos casos se tratan de despachos que están dentro de otras dependencias de las administraciones o son pequeñas oficinas de una Asociación o Institución. Igual ocurre con las referencias de Editoriales que aparecen en el capítulo 05.4, Bibliotecas, Librerías, Tiendas de Comics, Editoriales, o con las tiendas de discos que aparecen en el capítulo 05.5, Espacios Musicales…, que son simplemente direcciones administrativas, fiscales o direcciones postales o de internet con fines exclusivamente comerciales para la venta por correo, en estos casos no tenía mucho sentido detallar su situación referida a la accesibilidad.

En cualquier caso el total de las referencias suman exactamente 403, distribuidas en lo que habíamos venido llamando con mayor o menor acierto bloques, un término que tratándose de espacios culturales y sociales, finalmente lo hemos sustituido por el de secciones, que se aleja de las connotaciones que el termino bloque lleva asociado como algo compacto, monolítico, rígido, fijo…, y lo social y cultural deben ser precisamente lo contrario de todo eso, deben ser abiertas, flexibles, cambiantes, en continuo movimiento y transformación, y esponjosas, por donde penetre y se expanda como un gel, aunque sea “hidroalcohólico”, en todo el tejido humano que conforma nuestra sociedad, nuestra ciudad, nuestros barrios y que se empape de toda la multidiversidad de expresiones sociales y culturales que en ella se manifiestan .

Por otro lado, se trataba de establecer distintos apartados por temáticas y sectores con puntos en común, más fácilmente identificables, y además nos ha servido para hacer la anterior aclaración sobre de qué cultura hablamos.

Listado de las secciones de los diferentes espacios incluidos:

Las Secciones que hemos propuesto definitivamente y que forman parte del capítulo 05, el dedicado a los espacios socioculturales y recursos de este libro-guía son diez, y en algunas de ellas, también aparecen distintas subdivisiones, como se puede ver también en el índice que aparece en el capitulo 01, quedando definitivamente como se muestra en el Cuadro 1.

Hay que indicar que en las 403 referencias incluidas en este libro-guía, hay una gran variedad de situaciones, tanto por su titularidad, Pública o Privada, por el tipo de actividad que desarrollan, por la antigüedad y el estado de conservación de las mismas o por el tamaño de los espacios y los aforos que tienen.

Resumen de los espacios que aparecen en la guía atendiendo a algunos elementos básicos para la accesibilidad detectados

Se incluyen solo tres variables de manera muy genérica sobre la situación de accesibilidad en los espacios y referencias que hemos estudiado y aparecen en el libro-guía. Los criterios, en este caso, para considerarlos como accesibles según las tres variables que se señalan, no se corresponden con los que oficialmente y por normativas serian válidos, (de haberlo hecho así, y “teniendo mano ancha” nos limitaría a incluir a no más de dos espacios), criterios que sí detallamos con mas rigor en el siguiente punto de este articulo, en el apartado de conclusiones y propuestas.

Se ha tratado, una vez más, de dar una información general que pudiese ser útil buscando la funcionalidad y el uso más inmediato, según la información que se tiene, y a la vez, que sirviese para incentivar la tarea de seguir avanzando en poner en marcha mas medidas a favor de la accesibilidad universal y el diseño inclusivo para todas las personas. Las tres “variables”, teniendo en cuenta las advertencias antes señaladas han sido:

  1. La accesibilidad en la entrada, en concreto, si las personas con movilidad reducida y usuarias de silla de ruedas pueden entrar, acceder al local, centro, sala, oficina, tienda o recurso… del total de las 403 referencias incluidas.
  2. La accesibilidad visual, aditiva y sensorial, donde globalmente se señalan aquellos espacios que han implantado alguna medida a favor de la accesibilidad visual, auditiva o sensorial, que por supuesto no son equivalentes y que pueden ser o no complementarias (teniendo claro, lo vago y genérico de esta caracterización).
  3. Aseos accesibles, que no es lo mismo que decir adaptados, aunque para nosotros un aseo accesible tendría que ser un aseo adaptado y cumplir con todos los requisitos que la normativa vigente establece.

Conclusiones principales y algunas propuestas a favor de la accesibilidad

Lo primero que habría que comentar, es que, resolver el problema de la accesibilidad sigue siendo la gran asignatura pendiente y pese a lo que se esta avanzando en los últimos años, como dice el titulo de este articulo: “Se va avanzando pero queda mucho”, y en efecto, así es, queda mucho por hacer como se ha comprobado con este trabajo. Destacamos a continuación algunas evidencias que hemos constatado a lo largo de todo el proceso de investigación realizado y como dijimos antes, han sido confirmadas por otros estudios e informes recientes:

  • Hay una diferencia clara en la accesibilidad entre los espacios de gran tamaño y aforo y los que son más pequeños en cuanto a la aplicación de medidas para la accesibilidad se refiere.
  • Hay también diferencias importantes según sea la titularidad de los mismos. En los públicos hay más actuaciones realizadas en favor de la accesibilidad.
  • Hay que señalar que la antigüedad, el estado de conservación y el que sea considerado o no el edificio con algún tipo de calificación de uso público y patrimonial determinará el tipo de actuación que se podrá ejecutar.

La antigüedad, el estado de conservación y la ubicación del espacio, influye como un primer condicionante que determina el grado de accesibilidad a los distintos espacios que hemos estudiado y se recogen en esta guía. Pero la ubicación, el emplazamiento no es el único motivo. En muchos casos, hablamos de locales que están en edificios antiguos, cuyas reformas de adaptación pueden ser dificultosas y costosas, pero si a esto le añadimos la falta de apoyo y las numerosas trabas de las administraciones, en este caso, la municipal y la falta de iniciativa y empatía de algunos responsables privados, tenemos la “tormenta perfecta”, lo que significa que numerosos espacios privados, no tengan la entrada accesible ni permiten el paso a los mismos.

Como ejemplo de ello, tenemos que decir con gran tristeza, que muchos de locales cuya actividad esta dirigida fundamentalmente por y para la población juvenil, como son las salas de conciertos, las tiendas de comics y de discos, las escuelas de música o de teatro, no son accesibles, no han solucionado los problemas de accesibilidad en sus espacios, y lo que es peor, no tienen pensado poner en marcha, al menos a corto plazo, ningún plan ni ninguna medida para resolver esas carencias.

Cuando se habla de accesibilidad, se tiende a poner la mirada solo en la accesibilidad física referida a los problemas de movilidad de personas con discapacidades y problemas funcionales de distinto tipo, pero se suelen dejar en un segundo plano otros tipos de problema de accesibilidad como pueden ser la visual, la auditiva, la intelectual y otras sensoriales, de las que a veces a penas se habla.

Una vez dicho lo anterior. Señalamos a continuación, algunos de los problemas fundamentales que hemos detectado en la accesibilidad a los espacios socioculturales y de ocio.

Acceso y entrada a los espacios

La accesibilidad en la entrada a cada uno de los espacios, ya sean teatros, cines, centros culturales, iglesias, palacios, espacios deportivos, galerías de arte, salas de concierto, restaurantes o recursos sociales, sería el primer elemento a tener en cuenta, y todavía vemos que muchos de ellos tienen multitud de barreras para poder entrar y permitir el paso a personas con problemas de movilidad, auditivos, de visión y de comprensión. Sigue habiendo en las entradas, escalones y trayectos no planos ni lisos, con barreras y obstáculos que las hacen inaccesibles.

Las puertas de acceso tienen que ser grandes y de apertura fácil, en el caso de que no estén abiertas se deberán poder abrir fácilmente, para personas con poca fuerza y usuarias de sillas de ruedas. En los casos en los que las puertas tengan muelles, la fuerza para abrirlas deberá ser menor ≤ 25N (≤ 65N cuando sean resistentes al fuego).

Según normativa los “mecanismos de apertura y cierre deben estar situados a una altura entre 0,80 a 1,20 metros, para el funcionamiento a presión o palanca y maniobrables con una sola mano o ser automáticos”.

En itinerarios verticales cuando los espacios estén conectados por itinerario no accesibles para usuarios en silla de ruedas, lo que establece la normativa es:

  • No se admite bocel. En las escaleras previstas para evacuación ascendente, así como cuando no exista un itinerario accesible alternativo, deben disponerse tabicas y éstas serán verticales o inclinadas formando un ángulo que no exceda de 15 grados con la vertical.
  • En las mesetas de planta de las escaleras de zonas de uso público se dispondrá una franja de pavimento visual y táctil. En las mesetas no habrá pasillos de anchura inferior a 1,20 metros ni puertas situadas a menos de 40 centímetros de distancia del primer peldaño de un tramo.
  • Las escaleras que salven una altura mayor que 55 centímetros dispondrán de pasamanos al menos en un lado. Cuando su anchura libre exceda de 1,20 metros, así como cuando no se disponga de ascensor como alternativa a la escalera, dispondrán de pasamanos en ambos lados.
  • En escaleras de zonas de uso público o que no dispongan de ascensor como alternativa, el pasamanos se prolongará 30 centímetros en los extremos, al menos en un lado. Como adecuación efectiva en edificios existentes, si fuese el caso, se admite que: “En el caso de que la prolongación del pasamanos interfiera con la circulación, se admite que éste arranque con el peldaño”.
  • Rampas. Las alternativas que a veces se utilizan, como colocar rampas o plataformas elevadoras, aunque evidentemente ayudan a poder entrar, no siempre garantizan la accesibilidad. Las rampas deben tener un ancho suficiente que permita el paso de una silla de ruedas y no tener ningún mecanismo o accesorio que obstaculice el paso de la silla. Tienen que tener una pendiente adecuada independientemente de que la silla sea manual o eléctrica. En el caso de que la rampa sea móvil tendrá que comprobarse que está bien sujeta y que no se desplaza o se vuelca con el movimiento del empuje de la silla.
  • Plataformas elevadoras. Deberán ser revisadas por los servicios técnicos y el personal de mantenimiento habitualmente y deberán tener los plazos de garantías y de revisiones que se establecen por la ley y las normativas correspondientes. Los espacios-centros, deberán enseñar y formar a los empleados que manipulen las plataformas u otros dispositivos como elevadores, ascensores, sillas salvaescaleras o grúas (en el caso de una piscina, por ejemplo) para que sepan ponerlas en funcionamiento y conozcan los protocolos de actuación en caso de producirse alguna incidencia. Se conocen muchos casos en los que las plataformas o las grúas no funcionaban, no era posible conectarlas para que se pusiesen en funcionamiento o que se desplazasen para subir o para bajar, y peor aún, ha habido casos que se han quedado paradas en la mitad del trayecto, sin que ninguna persona que trabaje en estos espacios sepa cómo actuar ante situaciones de ese tipo.
  • Plazas reservadas. Falta información clara para las personas con problemas especiales y de visión, sobre las plazas que hay reservadas en la sala para personas usuarias de silla de ruedas y las plazas reservadas para personas con dificultades auditivas, para estos últimos casos, el Código Técnico, en el DBSUA 9 apartado 1.2.4.1, indica que una de cada 50 plazas o fracción deberán contar con un sistema de mejora acústica proporcionado mediante bucle magnético o dispositivo adecuado.
  • Taquillas. Las taquillas y las formas para adquirir las entradas para asistir a un espectáculo de cine, teatro, exposición o a cualquier evento, tienen que ser accesibles de adquirir por cualquier persona de manera autónoma. Aunque muchos de los espacios suelen dar la posibilidad de adquirir las entradas vía internet, ya sea en su propia web o por otras plataformas tipo: Atrápalo, Taquilla.com, Entradas.com, Ticketea.com, Tiketsnet, Viagogo.es, Sensacine, Wegow.com, Ticketmaster.es y otras de algunos centros comerciales, como El Corte inglés, la Información que se da para conseguir las entradas, sobre las facilidades y dificultades que hay para el acceso y las distintas posibilidades de ubicación, ya se vaya sola o acompañada, no suele estar clara, no se da suficiente información de los posibles problemas de visibilidad o audición que pudiera haber en el sitio de la entrada adquirida. Por otro lado, en ocasiones la autonomía personal se ve muy mermada tanto para el colectivo de personas con movilidad reducida como para el colectivo de personas sordas. Al obligar a comprar las entradas en la taquilla que les hace realizar desplazamientos inútiles que no han de hacer otros espectadores. Además en las personas con discapacidad visual y auditiva se produce una situación de desinformación ya que no se sabe si existe el obligatorio sistema de ayuda a la audición, o si dispone de sistema de audio descripción. No se suele dar información sobre las posibilidades de uso de tecnología de apoyo como subtitulado, audio descripción o bucles magnéticos en la sala. Tampoco se da información en muchos casos, sobre la accesibilidad a las dependencias de apoyo a los espacios escénicos si los hubiera, como camerinos, aseos de actores y actrices, salas de ensayo, maquinaria escénica, etc. También se tiene que informar y se deberá cumplir lo que dice la normativa en cuanto a la obligatoriedad de dejar entrar con perro guía de asistencia y de compañía. Otro problema muy habitual que se ha detectado, es que las taquillas para sacar las entradas físicamente, no reúnen o no se ajustan a lo que dice la normativa vigente, en cuanto a la señalización y las medidas necesarias tanto de altura, como de las posibilidades de acercamiento frontal en el caso de que se vaya en silla de ruedas. La normativa vigente dice lo siguiente: – Al menos uno de los puntos de venta debería contar con un plano de trabajo de altura de 85 centímetros. – Al menos una de las taquillas debería permitir el acercamiento frontal, con un especio inferior de las siguientes dimensiones: altura de 70 centímetros, una anchura de 80 centímetros y una profundidad mínima de 50 centímetros. – Al menos una de ellas estará dotada de bucle de inducción magnética u otro sistema adaptado a tal efecto. Dicho elemento deberá estar debidamente señalizado. También debería haber timbres de llamada junto a las puertas de entrada y a las taquillas para que cualquier persona con necesidades especiales pueda hacer uso de ellos si los necesita y poder actuar de manera autónoma sin necesidad de depender de otras personas.
  • Barras de atención al público. La normativa vigente obliga a que en las zonas de atención al público como son las barras de restauración o los mostradores de tiendas, tengan al menos, un punto de atención accesible y con señalización adecuada que deberá contar con las siguientes características: Estar conectado por itinerario accesible. Permitir el acercamiento frontal con un espacio interior con las siguientes características, altura de 70 centímetros, una anchura mínima de 80 centímetros y una profundidad mínima de 50 centímetros. Si dispone de dispositivo de intercomunicación, este estará dotado con bucles de sonido. Si se instalan tiendas de merchandising o de cualquier otro producto, también debería de contar con estos dispositivos.
  • Aseos. Los aseos incumplen en muchos casos las necesidades básicas de accesibilidad y por supuesto lo que se establece en la normativa. Tienen que contar con una entrada accesible con un ancho de puerta que permita el paso en silla de ruedas, las entradas se señalizaran con la palabra SIA, complementada con flecha direccional. Es recomendable estar señalizado el parámetro adyacente para que siempre sea visible, incluso con las puertas abiertas. La normativa dice: En cumplimiento del DBSUA 3 en su punto 1.2: La cabina accesible debe disponer de un dispositivo en el interior, fácilmente accesible, mediante el cual se transmita una llamada de asistencia, que permita al usuario verificar que su llamada ha sido recibida, o perceptible desde un paso frecuente de personas. Por otra parte, tanto en el baño como en la cabina del inodoro tiene que haber un espacio para giros de 1,50 metros de diámetro que permita el tránsito y el giro adecuado y espacio para las transferencias. El inodoro debe de contar con barras horizontales de apoyo a ambos lados separadas de una distancia de entre 65 a 70 centímetros. Las barras donde se produzcan transferencias deben ser abatibles, al menos en un lado. El espacio de trasferencia debe estar libre de obstáculos, como cubos, papeleras, escobillas, paquetes con rollos de papel higiénico u otros materiales. La señalización de los aseos tiene que especificar si son adaptados, su localización exacta y si el recorrido es accesible hasta llegar a ellos. El mecanismo de descarga del inodoro será preferiblemente de palanca y con pulsadores de gran superficie manipulables con facilidad y el dispositivo del papel higiénico deberá estar a un alcance adecuado para personas con movilidad reducida. La grifería del lavabo será preferentemente automática y dotada de un sistema de detección de presencia y de tipo mono mando con palanca alargada de tipo gerontológico. Alcance horizontal desde el asiento ≤ 60 centímetros. El lavabo debería contar con un espejo cuya altura inferior esté por debajo de 0,9 metros y orientable hasta al menos 10 grados sobre la vertical. El dispensador de jabón debe estar a una distancia adecuada que permita llegar a el en silla de ruedas.

Otras recomendaciones para mejorar la accesibilidad en los espacios socioculturales

  • Instalación de bucles magnéticos en la sala de actos.
  • Instalación de productos de apoyo para personas con necesidades especiales en cuanto a la comunicación.
  • Señalética accesible en los edificios.
  • Organización de actividades accesibles dentro de la programación regular de actividades.
  • Formación del personal en materia de nuevas tecnologías dirigidas a personas con necesidades especiales.
  • Mejora de la accesibilidad comunicativa tanto en los productos de comunicación impresos, como en las instalaciones de señalética y en los productos audiovisuales: diseño y realización de audioguías, maquetas táctiles y otros materiales de apoyo adaptados para personas con discapacidad visual, organización de visitas guiadas para personas con discapacidad auditiva.
  • Formación al personal técnico para una correcta adaptación de los contenidos para las personas que tengan dificultades de comprensión.
  • Apoyo a la difusión de las diferentes medidas y recursos de accesibilidad existentes.

En las bibliotecas se recomienda:

  • Pantalla táctil para discapacidad intelectual o problemas con el ratón.
  • Teclado de teclas grandes para problemas de visión o intelectuales o movilidad poco precisa.
  • Teclado de medida pequeña para ser usado con una sola mano.
  • Teclado con cobertura qwerty para personas sin movilidad fina.
  • Ratón trackball n-abler, más fácil de utilizar para personas con discapacidad física.
  • Joystick de barbilla o B-joy chin, que se controla con la barbilla.
  • Brazo articulado fijable a la mesa y ajustable.
  • Joystick b-joy stick-c, para personas con espasticidad.
  • Joystick b-joy hand, para personas con muy poca fuerza en las manos.
  • Conmutadores sustitutivos del ratón para personas con discapacidad física o intelectual.
  • Línea Braille complementaria del software lector de pantalla para personas ciegas.
  • Zoomtext, para configurar las características del ordenador para personas con baja visión.
  • The Grid, programa de comunicación alternativa y aumentativa con pictogramas y texto.
  • Catchme 2.0, programa con diferentes juegos y actividades para personas con autismo.

Dispositivos de ayuda para lectura

  • Línea braille complementaria del software lector de pantalla para personas ciegas.
  • Adaptaciones a la señalética de los edificios.
  • Apoyo a la organización de actividades accesibles, pensando especialmente en las necesidades de las personas con discapacidad visual o auditiva.
  • Actividades con lengua de signos o subtitulación en pantalla, actividades con audiodescripción para personas ciegas.
  • Apoyo a la organización de actividades inclusivas, con la participación directa de las personas con discapacidad y las entidades en su organización y realización.
  • Apoyo a la organización de actividades de sensibilización ante la discapacidad con actividades dirigidas a grandes y pequeñas que ayudan a entender las necesidades de las personas con discapacidad.

Acesibilidad en las fiestas populares de calle, barrio y de distrito

Sería necesario, apoyo técnico y económico para la accesibilidad de los actos públicos festivos que se organizan desde el Ayuntamiento, muchos de los cuales tienen lugar en la vía pública, y que pueden estar organizados de manera directa por los servicios municipales de atención a las personas, por asociaciones, colectivos, o por diferentes empresas subcontratadas o entidades del sector. Para conseguirlo, se realizan las siguientes recomendaciones para la organización de fiestas populares y actos públicos a la calle:

En la programación:

  • Programación de actividades accesibles con sistemas alternativos a la comunicación en imagen y voz (interpretación en lenguaje de signos, subtitulación o sobretitulación, bucle magnético, emisoras FM, materiales en Braille, apoyo web, etc).
  • Programación de actividades accesibles dirigidas a colectivos específicos de personas con discapacidad como visitas guiadas con apoyos varios (interpretación con lenguaje de signos, audiodescripción para personas ciegas, apoyo para personas con discapacidad intelectual…).
  • Programación de actividades inclusivas que prevean el acceso y la participación de personas con discapacidad (especialmente para público infantil).
  • Programación de actividadesProgramación de actividades de sensibilización sobre la discapacidad dirigidas al conjunto de la ciudadanía y a cargo de entidades del sector.
  • Formación de las personas voluntarias o contratadas que hacen tareas de atención al público en la atención de personas con diferentes discapacidades.

En la comunicación:

  • Accesibilidad de todos los canales de comunicación (folletos, carteles, comunicación digital, etc.)
  • Accesibilidad de los paneles de información y la señalética de la fiesta.
  • Información sobre las medidas de accesibilidad, el transporte público, las reservas de aparcamiento y las alternativas a la información telefónica en todos los canales de comunicación (materiales impresos, webs, 010,…).

En las infraestructuras:

  • Itinerarios, stands y carpas que garanticen el acceso y la movilidad de las personas con movilidad reducida.
  • Tarimas y lavabos que garanticen el acceso y la movilidad de las personas con movilidad reducida.
  • Reserva de espacio para personas con silla de ruedas.
  • Reserva de asientos para personas con discapacidad visual y auditiva.
  • Reserva de plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida.

Otras ideas y propuestas de lo que se puede hacer por la accesibilidad a los espacios socioculturales en los barrios del Centro de Madrid y su entorno

  1. Organizar desde las asociaciones vecinales, y desde otras organizaciones y colectivos sociales, culturales y educativas; encuentros y reuniones para hablar sobre todo aquello que atañe a la accesibilidad, incluyendo actos en los colegios, institutos y universidades, con la colaboración del personal docente, las ampas y la dirección de los centros. Pero también con las asociaciones empresariales y de comerciantes para hablar, pensar y decidir colectivamente sobre las actuaciones que se pueden poner en marcha, desde ya, para hacer sus locales espacios accesibles y ver las ayudas que se pueden solicitar de las administraciones, de fundaciones y empresas para ejecutarlas, si fuera necesario, y para ello, este libro-guía puede ser una buena “herramienta didáctica” de gran ayuda. A estos encuentros se invitaría a participar a organizaciones especializadas en esta materia, como la Fundación ONCE; FAMMA, CERMI, Plena Inclusión; u otras que trabajan a favor de la accesibilidad como la Fundación ICO, la Fundación Telefónica, o en campos más específicos en la cultura, como Teatro Accesible.
  2. Poner en marcha campañas que sirviesen por un lado, para la sensibilización del conjunto de la sociedad y por otro lado, para la formación de los agentes y del personal que trabajen atendiendo y estén en contacto con el público. Campañas que serían bueno que fuesen respaldadas, aparte de por el tejido asociativo de nuestros barrios y por las ONGs preocupadas por esta realidad, pero sería bueno que contasen también con todos los apoyos mediáticos que pudieran sumarse a ellas (prensa, radio, TV y redes sociales).

Campañas a la que se la podría dar un nombre o un slogan, tipo “Yo también quiero entrar” u otras como “contra la falta de accesibilidad. Tolerancia cero” por mencionar algunas ideas que ya han surgido durante el proceso de realización de esta guía y que podrían tener un “Fin de Fiesta” dentro de unos meses, que ayudaría a extender y dar mayor cobertura a la campaña. Se trata en definitiva, de hacer todo lo posible, para ayudar a la accesibilidad a la cultura y sumar al mayor número de gente en esta tarea, porque la defensa de la accesibilidad nos atañe a todas las personas y de la conquista de este reto saldrá beneficiada toda la sociedad. Con estas campañas y con este libro-guía esperemos haber puesto nuestro granito de arena para lograrla.

Register

You don't have permission to register