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Antonio Duque Moros, actor emblemático del barrio de Malasaña y escritor, nos ha deleitado con una intrigante y seductiva historia en su libro «A la deriva». Después de su primera novela, «Los años olvidados» donde narra los avatares de una familia republicana durante la guerra civil y la posguerra, pudimos disfrutar de su biografía «Ese actor que habita en mí». Las ansias de libertad de un republicano teatrero.

Nacido en Zaragoza el 28 de junio de 1936, en una familia republicana, este niño de la guerra sintió desde jovencito la llamada de los escenarios, hasta el punto de que, estudiando Bachillerato, se subió a las tablas del desaparecido Teatro Argensola con una obra de Pemán, El divino impaciente. Se estableció en la capital, estudió en la Real Escuela de Arte Dramático, debutó con José Luis Alonso, formó parte del Teatro Español Universitario (TEU), vivió las renombradas giras de antaño, participó en la creación del prestigioso Teatro Estudio de Madrid y, ansioso de libertad, abandonó España en 1966 para instalarse en Londres y, posteriormente, en París, donde fue actor, director y autor.

Regresó a nuestro país en 1984 y participó en montajes como El público, Escrito en el agua, El tragaluz o El jardín de los cerezos, último montaje hasta el momento. Ha hecho cine y televisión, pero el actor que habita en él desde niño es un hombre de teatro que necesita la magia del escenario y la cercanía del público.