La Puerta de Monteleón está situada en la Plaza del Dos de Mayo, en el Barrio de Universidad del Distrito Centro de Madrid, en el barrio de Maravillas y que hoy es conocido popularmente como Malasaña.
En este espacio se encontraba el Palacio de Monteleón, construido en 1660. Según cuentan las crónicas; “Este famoso palacio era del Marques del Valle y de Terranova (nieto de Hernán Cortes). El palacio contaba con una extensa huerta y quedo muy maltratado en un horroroso incendio ocurrido en 1723…” (Madripedia).
El palacio ocupaba el solar que va desde el Portillo de Fuencarral hasta San Bernardo, era de estilo churrigueresco, tenía una huerta y un jardín, en el que había una preciosa fuente de mármol.
Según Repide, la escalera principal de palacio era tan magnifica que se podía asemejar con la de El Escorial. Estaba pintada al fresco por Bartolomé Pérez, famoso artista, yerno de Juan de Arellano. El palacio era también conocido por sus extendidos y magníficos salones, decorados con el mayor gusto cuando lo habitaba la famosa Duquesa de Terranova, camarera mayor de la reina doña María Luisa de Orleans, esposa de Carlos II… y luego sirvió de mansión de la reina doña Isabel de Farnesio y sus hijos los infantes Luis y doña María Antonia, que se trasladaron aquí tras la muerte de su esposo y padre, el rey Felipe V, desde el Palacio del Buen Retiro en 1746, viviendo más tarde en el Palacio de Osuna.
Posteriormente, en 1807, este solar se convirtió en Parque de Artillería por decisión de Manuel Godoy, que también lo ocupo durante algún tiempo. Fue aquí donde ocurrieron los trágicos sucesos del 2 de mayo de 1808 en la guerra de la Independencia, cuando el cuartel fue arrasado por las tropas francesas de Napoleón.
En 1822, por deseos del Rey Fernando VII, se encarga al escultor Antonio Sala, que en esas fechas vivía en Roma, la realización de un conjunto escultórico con los principales héroes del Dos de Mayo, el capitán Daoiz y el teniente Velarde, que son esculpidos en mármol de Carrara.
La ubicación de estas esculturas ha tenido diferentes emplazamientos: en 1823 llega a Madrid y se instala en el Museo de Escultura. En 1831, se coloca en la puerta principal de Museo del Prado, que da al paseo del mismo nombre. Posteriormente, cambia su ubicación al parterre del Retiro. En 1869 con motivo de la inauguración de la Plaza del Dos de Mayo, se traslada a la calle Carranza, esquina con la calle Ruiz, diez años después, en 1879, se le da un nuevo emplazamiento en la Plaza de la Moncloa, y no es hasta 1908, año en el que se cumple el primer centenario del levantamiento del Dos de Mayo, cuando se decide el traslado definitivo a la Plaza del Dos de Mayo, colocándola delante de la Puerta de Monteleón, epicentro de la plaza, lugar que ocupa en la actualidad.
Creación de la Plaza del Dos de Mayo
Es en 1868 después del alzamiento de la Gloriosa, la Reina Isabel II se exilia a Francia, tras el golpe militar, cuando se encontraba de vacaciones en San Sebastián.
En ese mismo año, se pone en marcha el proyecto de la Plaza del Dos de Mayo, comenzando por el derribo de las ruinas del cuartel de Monteleón y del convento de las monjas, que en 1836 no se vio afectado por la desamortización de Mendizábal, por ser un convento de protección real desde Felipe IV. Es con el nuevo gobierno liberal, cuando sí se vería afectado por la desamortización, pero solo se derribó el convento, que junto a las ruinas del Cuartel de Artillería formará la nueva Plaza del Dos de Mayo, conservando la puerta original del cuartel, que es el epicentro de la nueva plaza. Alrededor de la cual están las cuatro calles que van a llevar los nombre que hacen referencia a los héroes y a la fecha del levantamiento: Ruiz, Daoiz, Velarde y Dos de Mayo.
La demolición del cuartel de Monteleón, también va a dar origen a nuevas calles como: Divino Pastor y Manuela Malasaña, hasta llegar a la calle Carranza, antiguo límite de la Cerca de Felipe IV.
En 1988, es declarada la zona de la Plaza del Dos de Mayo, Área de Rehabilitación Preferente con un proyecto del arquitecto Pedro Monleón a iniciativa de la EMV (Empresa Municipal de la Vivienda), una rehabilitación que en principio iba a contar con la financiación de las distintas Administraciones, Estatal y Municipal. Para este proyecto de reforma de la plaza se llevó a cabo un estudio previo para conocer el estado de opinión de los vecinos sobre cuáles eran las necesidades principales para esta zona, saliendo mayoritariamente, la de pedir la construcción de un Parking para coches. Tras un proceso de dudas y debate sobre esta decisión entre distintos departamentos técnicos y políticos, finalmente se decidió no realizar la obra de construcción del aparcamiento subterráneo que se había propuesto, porque significaría poner en riesgo el Arco de la Puerta de Monteleón, con el gran valor simbólico que esta tiene para Madrid y por otro lado, se consideró importante no eliminar los árboles y la pequeña zona ajardinada que había en la plaza, que permitiría un mejor uso para los vecinos y un espacio de juego para los niños y niñas.
En los últimos años del siglo XX, y especialmente a partir de la década de 1980, con la aparición de la llamada “Movida”, la plaza del Dos de Mayo y el barrio de Maravillas, que paso a llamarse popularmente Malasaña, se han convertido en una de las zonas más dinámicas y con más ambiente entre la población joven. Pero este “éxito” ha ocasionado como se ha dicho en la presentación de esta guía, nuevos problemas para el barrio; Gentrificación, turistificación, exceso de ruidos y suciedad en muchas ocasiones, invasión de los espacios públicos, espacios que se dedican en exceso al mercado y poco al uso y disfrute de la vecindad, en resumen, mucha gente, muchos negocios y ni un solo centro para el movimiento vecinal, algo que llevan denunciando y reclamando las asociaciones y organizaciones vecinales que trabajan por estos barrios.
En 2021, en esta plaza, en la llamada Casa del Cura, se instaló un espacio vecinal que goza de una concesión municipal por cuatros años. Las asociaciones vecinales, quieren seguir utilizándolo la para poder realizar las numerosas actividades sociales y culturales que desde este centro se impulsan. Lo que se busca es otro modelo de barrio y un modelo de ciudad sostenible, más amigable, y que no se conviertan, como dicen los pequeños comercios de toda la vida, en “Vecinos en Peligro de Extinción”.
Creemos que hay que seguir trabajando para que esta plaza y este barrio sirva para algo más que el botellón y sea un espacio de convivencia para los vecinos y vecinas, que conserve la autenticidad de sus calles y el recuerdo del patrimonio histórico y cultural que tiene “bajo sus espaldas” y como se ve repasando esta guía, un barrio, desde donde siguen apareciendo numerosas iniciativas creativas, culturales y solidarias que demuestran que los vecinos quieren seguir haciendo barrio.
Los barrios del centro de Madrid, con sus calles y plazas, (como también ya se ha dicho en esta guía), son barrios históricos, centenarios, y aunque han sido muchas las reformas y rehabilitaciones que en ellos se han realizado a lo largo del tiempo, nunca hasta ahora, han estado presentes los problemas de Accesibilidad para las personas con problemas de movilidad y con funcionalidades diversas, fuesen estas físicas, motoras, visuales o auditivas. Me temo que todavía hoy en día, y pese a lo mucho que se ha avanzado en esta materia, sigue siendo una asignatura pendiente, no solo por parte de las diferentes administraciones, sino también por parte del conjunto de la sociedad, por el mundo empresarial, el comercio, la hostelería.. y por el mundo del arte y la cultura por poner algunos ejemplos.
En los últimos años, los espacios sobre los que ahora hablamos, la Plaza del Dos de Mayo , el barrio de Malasaña y Conde Duque, han tenido numerosas reformas y rehabilitaciones pero muchas de las quejas de los vecinos siguen sin resolverse, porque nunca se llega al fondo de los problemas y falta un plan estratégico que se plantee que tipo de ciudad se quiere y que tipo de barrios queremos construir, en muchos de los casos lo que se ha hecho ha sido ir parcheando, tapando un socavón, arreglando parcialmente el empedrado de algunas zonas, peatonalizando alguna calle o el ensanchamiento de algunas aceras, pero que en muchos casos no resuelve los problemas, más aún, (como recogía el informe que se presentó al Ayuntamiento y a los medios en noviembre de 2018, por parte de la Comisión de Accesibilidad de SOS Malasaña) si unimos a una calle estrecha y mal pavimentada, la ocupación de sus aceras por cubos de basura, desperdicios y cajas de los desechos y reposiciones de las tiendas y los negocios de hostelería, tenemos la tormenta perfecta para la accesibilidad, o lo que es lo mismo, la imposibilidad de que se pueda transitar por nuestros barrios libremente sin poner en riesgo a las personas que por ellos transiten.
Hay algunas cosas que se podrían hacer desde ya mismo, para empezar, hacer un reflexión individual y colectiva, entender que sobre lo que se está hablando es de una cuestión de respeto, de derechos y de la igualdad que todas las personas tienen a poder utilizar los espacios públicos y poder acceder a todas las instalaciones y recursos existentes, entender que de nada sirve arreglar un trozo de acera si luego para atravesar la calle hay un escalos con un desnivel que te lo impide y si luego aunque España ha firmado el Convenio Internacional de la ONU sobre accesibilidad que entre otras cosas obliga a que todos los lugares deben cumplir con los requisitos de Accesibilidad Universal, el Ayuntamiento siguen permitiendo y dando licencias de apertura y de reformas a bares, restaurantes o comercios que lo incumplen.
Se tienen que planificar las ciudades con un diseño inclusivo, sin barreras y obstáculos, con itinerarios accesibles, que en definitiva hagan que nuestras plazas y calles sean para el uso y disfrute de todos y todas.
.
Metro con ascensor: Tribunal L1 y L10, Bilbao L1 y L4.
Metro sin ascensor: Chueca L5. San Bernardo L2 y L4. Noviciado L2
Autobuses: 3, 21, 178, 179.
Aparcamiento: Barceló..